viernes, 14 de agosto de 2009

Menorca: El hombre talayótico

-
Bien están las piedras, pero lo importante es el hombre. Esa es la frase. Y es que, conocemos los casi abrumadores restos megalíticos dejados por los antepasados menorquines, pero, al mismo tiempo, sabemos muy poco de los seres humanos que estaban detrás.

En principio, la falta de amurallamiento de sus primeros hábitats y la proximidad entre ellos nos sugieren la existencia de una sociedad pacífica, bien organizada, capaz de resolver los pequeños conflictos surgidos de su actividad ganadera por métodos no violentos. Sin embargo, hacia el año 1.200 se producen unos cambios muy significativos y difíciles de explicar. Es el comienzo de la sociedad talaiótica, de la puesta en marcha de una sociedad protourbana donde las pequeñas comunidades familiares se transforman en auténticos poblados amurallados, donde aparecen nuevas construcciones de carácter colectivo que parecen denotar una cierta competitividad simbólica. Para explicar la causa de todos estos cambios se recurrió al fácil recurso de la invasión extranjera, lo que parecería factible si recordamos que estamos en esas fatídicas fechas en torno al siglo XII a.C. en que todo el Mediterráneo andaba revuelto y muchos pueblos vagaban de un lugar para otro en busca de un sitio definitivo en que ubicarse. Sin embargo, los datos materiales no confirmaron esta hipótesis y hoy se da más importancia a la idea de un cambio interior iniciado, quizá, con la llegada de algunas influencias de ese revuelto mundo exterior. En todo caso, el período talayótico trajo un cambio sustancial en el modo de vida de aquellos primeros habitantes de la isla.

Como dijimos al principio, la enormidad de los restos disponibles no ha permitido a los expertos el hacerse una idea clara de cómo era el hombre talayótico. Quizá con el descubrimiento de la cova del Càrritx, en las proximidades de Ciutadella, y con la finalización de su estudio se puedan aumentar esos conocimientos, pero de momento quedan aún muchas lagunas.

La cova del Càrritx fue descubierta en 1995. Se trata de un descubrimiento extraordinario ya que el hundimiento de su entrada dejó intactos numerosísimos restos orgánicos y materiales de una época correspondiente al talayótico pleno (años 1000 a 600 a. C.). Para darnos una idea baste señalar que se encontraron unos 16.000 restos óseos, organizados en formas diversas, objetos personales como peines o extraños tubos conteniendo cabellos, restos de cerámica, brazaletes de bronce, “molons”, etc. Aunque los estudios están por terminar, parece ser que se trataba de una población con grandes problemas de alimentación, esperanza de vida en torno a los 45 años, gran abundancia de artrosis y una mortalidad infantil del orden del 50 por ciento.

Se trataba, por tanto de una sociedad pobre y atrasada y, curiosamente, con un gran déficit de población femenina. Esto podría explicar las descripciones que nos dejaron los clásicos en las que se nos hablaba de que les gustaban las mujeres, apreciándolas tanto que pagaban por su rescate el triple que por el de un varón; que vivían en agujeros practicados en las rocas y excavaban cuevas en los acantilados y bajo tierra para su seguridad; que tenían prohibido tener riquezas a fin de estar libres de ambiciones por lo que de acuerdo con esa ley, cuando servían como mercenarios en los ejércitos cartagineses no traían a la isla sus ganancias, sino que las empleaban en comprar vino y mujeres…[1] Sin duda, se trata de tópicos referidos a épocas muy anteriores, aunque, como suele ocurrir en estos casos, con algo de verdad.
-
__________
[1] Diodoro de Sicilia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario