Los primeros sepulcros conocidos (2000: calcolítico) tienen forma rectangular u ovalada y están construidos con grandes ortostatos sobre los que apoyan las losas de cubrición. Encima aparece un relleno de tierra y cascajos que le dan forma de túmulo. El acceso quedaba delimitado por una losa perforada que parece querer separar el mundo de los vivos del mundo de los muertos. Estos enterramientos eran de tipo colectivo y debían corresponder a pequeñas comunidades o clanes familiares. En todo caso, estos sepulcros son similares a los hallados en el resto de las islas y en Cataluña. El modelo mejor conservado de estos enterramientos lo encontramos en Ses Roques Llises, a muy escasa distancia del conocido poblado talayótico de Torre d’en Gaumés.
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