Además de la naveta, otro de los monumentos megalíticos específicos de la prehistoria menorquina es la taula. Consta esta de dos lajas de forma mas o menos paralelepipédica, de las cuales una se inca en el suelo en posición vertical mientras que la segunda se pone encima en posición horizontal adoptando la forma de la letra “T” o semejando una mesa, característica de la que deriva su nombre. La taula suele estar rodeada por un cerramiento de pilares pétreos dispuestos en forma de herradura y en cuya parte recta aparece el acceso.
Tampoco la taula tiene una finalidad conocida. Se pensó en un principio que se trataría del soporte central de un recinto cerrado cubierto por troncos que descansarían sobre la losa de la taula y sobre los pilares que la rodean. Sin embargo, la existencia de restos de fuego en su interior, como los encontrados en la de Binisafuller, hace poco probable ese cerramiento y apuntan, más bien, la posibilidad de que estemos ante lugares con finalidad religiosa en los que celebrar sacrificios (como sugieren las cenizas halladas). Así mismo, la aparición de pequeñas estatuillas votivas (en Torre d’en Gaumés se encontró una estatuilla egipcia con la figura del arquitecto deificado Imhotep) ratificaría ese carácter religioso que, por otra parte, parece intuirse cuando se contemplan en su grandiosidad mágica. También se ha propuesto que tuvieran una función relacionada con el culto solar, con la observación de los astros (sugerida por su orientación uniforme) u otras más exóticas que recurren a representaciones mágicas de las constelaciones estelares.
La taula es un monumento exclusivo de Menorca y sorprende que, a pesar de la proximidad entre las islas, sea totalmente desconocido en la vecina Mallorca. Actualmente se conservan íntegras siete ejemplares y más de veinte incompletas. Entre ellas destacan las de Trepucó, Torralba d’en Salord (¡perfecta, con cinco metros de alto!), Talatí de Dalt (con una pilastra caída y apoyada en la propia taula), etc.
Probablemente los talayots y las taulas son los monumentos comunales del poblado, aunque suelen aparecer también unos hipogeos columnados, o salas hipóstilas, cuya función no está muy clara, pudiendo pensarse tanto en su uso funerario como en uso habitacional comunitario (almacenes o lugares de reunión).
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